Sembrar y comer sopa de Camellones ð“Ž¶ð“Žµ

Silvana Kovalski, Diana Abaunza, Milena Camacho

Encuentro de cocina, Espacio Odeón

30 de octubre de 2022

Hay una memoria que queda en el cuerpo, recuerdos que están de manera inconsciente y vuelven a la memoria por distintos sentires. Por ejemplo, en los pies y las piernas al caminar para no caer en los camellones olvidados por la vista y la palabra, en las manos envolviendo y doblando la hoja de plátano y en el sabor de la sopa de indios.

Así como olvidamos el agua que vivía y mojaba la ciudad, olvidamos sus sabores, olores y sonidos. ¿A qué olía la ciudad cuando aún había agua, peces y otros seres que habitaban este lugar?

Buscar en lo que se queda y lo que resiste al tiempo, es recordar desde el cuerpo y el sentir. El agua de la Sabana quizás nunca se fue, solo se escondió másabajo para no ser despojada del todo. El día que empezamos a cavar las zanjas que dieron vida a los camellones, el agua empezó a salir en cantidades camellones, el agua empezó a salir en cantidades abrumantes y corrió como un pequeño río que llevaba miles de años pasando por el mismo lugar.

Camellones dormidos,

indios sumergidos en la abundancia [de pobres NO],

aquello que evoca la historia

que sabe y deglute el olvido de caminar por el fango

de pescar con la mano

y sembrar entre el charco

las delicias dentro del manantial

libre y serpenteante

Que esta memoria quede en tu cuerpo,

que las cicatrices que horadaron tu agua y tu tierra

impregnen tu yo en la deriva Bogodark

Somos esta agua y esta tierra

somos pez que navega entre la carrera séptima y la calle 13

Al final pescados,

pero con memoria